jueves, 26 de abril de 2007



Eligiendo una nueva mascota.

Fomentando la responsabilidad Infantil.



La decisión de adoptar un ser vivo en nuestro hogar debe ser razonada y en concenso entre todos los miembros de la familia .

Tener una mascota puede enseñarle a un niño responsabilidad y respeto por los animales, además de proveerle diversión y ejercicio físico, debido a que los animales son fieles, cariñosos, responden siempre de la misma manera y son incapaces de juzgar a sus amos . Se ha demostrado que ofrecen mucho más que simple compañía: son magníficos terapeutas.

Está demostrado que a la mascota que se adopta sin habérselo planteado, con urgencia y en una situación un tanto “forzada”, es mayor candidato a presentar problemas o incluso al abandono y esto es lo que pretendemos evitar.

La sociedad actual reconoce las innumerables bondades de la presencia de mascotas entre nosotros, pero también es cada vez más exigente hacia una “tenencia responsable”, tanto en términos de convivencia (limpieza de las calles, molestias por los ladridos, agresividad) como de protección animal (condiciones de alojamiento, crueldad hacia los animales, control de la natalidad). Es también considerable mencionar que si no esta dentro de nuestro régimen observar una cultura en favor de los animales, debemos evitarlos, pero de ninguna manera hacerles daño... por causa de que toda vida en este mundo y quizá fuera este, posee una dignidad y un derecho a la existencia, lo cual nosotros hemos aceptado socialmente.

No hay que olvidar que a una mascota hay que darle cariño, tiempo, paciencia exacerbada, (hay que sacarla a pasear en el caso de los perros, hay que jugar con él y enseñarle buenos hábitos), invertirle en función de dinero (alimentación, veterinario, accesorios, etc.) y un espacio en la casa.

Está fuera de toda duda las ventajas que representa un animal en el desarrollo emocional de un niño o incluso de un adolescente. Algunos psiquiatras analizan la relación ser humano-mascota descubriendo que en ocasiones es más fácil establecer vínculos emocionales con la mascota que con otras personas (un perro perro poe ejemplo, siempre está dispuesto a acompañarnos, es un incomparable compañero de juegos, nos “escucha”, nunca nos juzga, nos ofrece la lealtad más intensa, sentimos que nos necesita, ...)

Un aspecto fundamental es que el animal nunca puede ser un sustituto de la familia o los amigos, tan importantes en el desarrollo psíquico de la personalidad, pero sí puede ser una buena ayuda. Un perro desarrolla en los niños el sentido de responsabilidad al depender de él la vida de otro ser vivo, debe preocuparse de su alimentación, de su salud, de sus paseos (siempre bajo la supervisión y con la ayuda de un adulto), y le obligará en alguna ocasión a renunciar a algo por tener que ocuparse de su mascota.

Por desgracia vemos con demasiada frecuencia hogares en los que tras la primera emoción inicial, los perros son desatendidos y recaen todos sus cuidados en las manos de los padres de familia. Esta conducta produce el efecto contrario en el desarrollo emocional y del carácter en el niño, pues este no asume responsabilidades y desprecia el valor del cariño de su animal, que debería ser recíproco.


Sin lugar a dudas un ser vivo, especialmente un perro, puede ser un regalo inolvidable para un niño, pero ¡cuidado!, en este caso no podremos “tirarlo” al cansarnos de él como si fuera una pelota o un juguete estropeado. La adquisición de un perro condicionará en cierto modo nuestras vidas ya que los cachorros en sus juegos (al igual que los niños) podrán estropear ciertos objetos del hogar si no tomamos las precauciones oportunas; además tendremos que preocuparnos por su alimentación y salud, por los cuidados de su pelo (especialmente si es de pelo largo), ofrecerle los suficientes paseos y prever que si en vacaciones no puede acompañarnos, deberemos buscarle una residencia de confianza en donde alojarlo.

Los perros han sido utilizados como terapia en los niños con retraso escolar o dificultades de aprendizaje al estimular la responsabilidad, autoestima y mejorar las relaciones interpersonales. El contacto con los animales disminuye los sentimientos de soledad, crea un sentimiento de ser necesitado y querido, proporcionando la satisfacción de ser útil; desarrolla la confianza en uno mismo y enseña a asumir responsabilidades al cuidar al animal a su cargo. En la relación con otras personas el animal actúa como catalizador facilitando el contacto, disminuyendo la agresividad, ansiedad y el estrés; mejorando los estados depresivos y de soledad.

¿Cómo debería ser el perro ideal para un niño? Cuando un pequeño ve la posibilidad de tener un perro, rápidamente consulta en los libros de razas caninas y elige aquel que más le gusta, el cual casualmente suele ser un perro enorme, lleno de pelo y con un carácter muy difícil.

La elección debe realizarse en primer lugar atendiendo unas características lógicas (tamaño, tipo de pelo, carácter, etc.) y una vez seleccionado un grupo de animales, dejar al niño elegir aquel que más le guste pues siempre existen unas cuantas razas o mestizos que se adaptan a esas características. El tamaño debería ser pequeño o como mucho mediano para que el niño pueda pasearlo, su carácter tranquilo, paciente, poco excitable, siendo por ello preferibles las hembras.
Insistiendo en la idea inicial, introducir una mascota en nuestro hogar seguramente será una gran decisión, pero debe ser tomada con demasiada seriedad para evitar problemas futuros; los padres deben revisar su estilo de vida y posibilidades, es conveniente preguntarse ¿qué tipo de mascota se adapta a las actividades sociales y hábitos vacacionales de la familia?, ¿inversión de tiempo para el cuidado de la mascota?, ¿espacio que necesita para vivir confortablemente? Y piense cuánto dinero puede gastar, no solo en la inversión inicial, sino también en el mantenimiento de la mascota a largo plazo.

Antes de adoptar a un animal debemos asesorarnos y conocer el animal que se adapta mejor a nuestras características y forma de vida, recordando que existen cientos de animales en el mundo abandonados que requieren de un hogar (Pero estos al momento de ser adoptados deben ser previamente sometidos a un chequeo medico) , e informarse sobre la posibilidad de adopción por medio de centros de acopio o mediante una clínica veterinaria.


La tenencia responsable de un animal implica saber y aceptar que:


  • Tendremos que administrarle una dieta equilibrada
  • Proporcionarle un lugar adecuado donde vivir
  • Tiempo y espacio para juegos y paseos
  • Una limpieza periódica
  • Una educación adecuada que facilite la convivencia con los demás
  • Necesita atención veterinaria.
  • Genera gastos
  • Si se trata de un hogar, solo deberán adquirirse animales domésticos.
  • Conocer la naturaleza instintiva del animal.
  • Hacerse consientes que se trata de una vida que debemos amar y respetar.
  • El animal tambien siente.
  • Reconocer el valor de la vida.
  • No debe permitir el matrato del animal por parte del infante.
  • De ninguna manera corrija en forma no aceptable al animal, mucho menos delante del niño.

La convivencia con animales de compañía es muy positiva:

  • Estimula la afectividad del niño.
  • Genera actitudes de responsabilidad.
  • Ayuda a que los niños sean más sociables.
  • Potencia la sensibilidad del niño.
  • Generar buenos habitos en el animal, tambien se proyecta en el infante.

Para una buena salud animal:

  • Los animales deben estar en excelentes condiciones, especialmente si van a vivir en el hogar:
  • Tenga las vacunas al día.
  • Proporciónele una alimentación adecuada.
  • Establezca horarios de comida.
  • Sométalo a revisiones periódicas.
  • Vele por su hidratación.
  • Ante cualquier duda o temor, asesórese siempre con un médico veterinario zootecnista.
  • Evite maltratarlo.
  • Evite Automedicarlo.
  • Para manter un ambiente saludable procure la higiene del animal y su lugar asignado.



También se debe considerar cuánta responsabilidad puede tener el niño cuando se decide si se tiene o no una mascota y de qué tipo. Los niños pequeños, por ejemplo, están obviamente limitados en cuanto al tipo de ayuda que pueden dar al mantener una mascota. Los niños en edad escolar pueden, con apoyo de sus padres, hacer mucho más.




"Hay que involucrarlos con los cuidados del animal con el fin de que se hagan responsables", Por que si ahora que son niños engrandecemos sus sensibilidades humanas y enaltecemos a su responsabilidad, obtendremos uno a uno eslabones para una mejor sociedad en el futuro.




*Adaptación con apoyo externo de paginas web.



Proyecto: Seminario de Educación Ambiental.

Ana Karen Sandoval Talamantes.




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